“La clave no está en perder el tiempo, sino en invertirlo”-Stephen R. Covey
El tiempo es una palabra que da qué pensar. Por un lado, es relativo. Puede pasar más rápido o más lento, dependiendo de lo que estemos haciendo. Simplemente lo medimos por el tictac del reloj o el giro del calendario.
Días, horas, minutos. No existen en la naturaleza, son nuestras propias invenciones.
Por supuesto, todos somos mortales. La vida es una oferta por tiempo limitado. Por eso estamos tan obsesionados con el tiempo. Hacer que cada segundo cuente, vivir como si no hubiera un mañana, ahorrar tiempo. Pero a veces, nuestro miedo a perder el tiempo en realidad nos impide actuar.
Pensamos 'es demasiado tarde', 'soy demasiado viejo o 'perdí mi oportunidad'. La edad no es excusa. Podrías empezar a aprender un nuevo idioma sin que importe tu edad. Cuando un adulto disciplinado y trabajador se propone una meta, no hay nada que pueda detenerlo. Sin lugar a dudas, la mejor manera de aprender un idioma extranjero es sumergirse en él. Algo que importa mucho al aprender un idioma es la experiencia. Cuantos más idiomas hayas aprendido, más fácil será aprender uno nuevo.
El dominio de la gramática tiene más que ver con la cantidad de información que recibes que con la rapidez con la que comienzas a aprender. El tiempo es la clave.
Hay tiempo. Ahora mismo, en este mismo segundo. No te preocupes por el tiempo que vas a invertir, simplemente comienza.